viernes, diciembre 21, 2007

Vero Postula a la Universidad

Muy bien le fue a mi Vero en su proceso de postulación a la Universidad.   Al parecer no tiene problema para quedar en diseño en el primer semestre en la Universidad Católica, lo que me alegro por ella.

Ya no la veremos más con uniforme!

viernes, diciembre 07, 2007

Adiós Montolín

Montolín 243
Ya quedan pocas horas para dejar definitivamente Montolín. Tal vez no se puede decir que nunca volveremos a esta calle, pero las probabilidades son cada vez más lejanas. Es una época que pasó y de la que guardamos muchos recuerdos. Nuestros primeros años de vida fueron en Montolín 243.  Luego al regresar de Brasil el 62, el año del mundial. Algunos meses en Pedro de Valdivia, casi frente al teatro Oriente, y luego traslado a Montolín 150. Partida a España y regreso a Pedro de Valdivia Norte. Luego Montolín 243, nuevamente,  donde estuvimos  primero los tres hermanos que estábamos solteros, luego los papás cuando regresaron de EEUU. Hasta octubre de 2007, en que luego de la muerte del papá y la partida de la Chabelita al Seniors Suite, la casa se ha puesto en arriendo y los muebles y objetos se pusieron a remate.
Chabelita en Montolín
En la foto la Chabelita los últimos días que vivió en Montolín, en su pieza con las fotos de sus seres queridos y todos los recuerdos que juntaba.
Me acuerdo perfectamente de esos años, los cumpleaños que celebraba, las primeras reuniones para planear actividades de curso. En esa época mis amigos frecuentes eran Carlos Cruzat, Raimundo Echeverría, Chuma Domínguez, agregandose en forma esporádica Arturo Fontaine, Eugenio Claro, Jorge Errázuriz y alguno más.
En el barrio, mi vecino José Francisco Sánchez Figueroa, del que me hice bien amigo y me convidaba a su fundo cerca de Aculeo. También al frente vivía Felipe Soza y al otro lado, en un edificio, las familias De Landa Larraín, Pérez Cotapo Larraín y Edwards Larraín. Tal vez en esos días en que el Chuma iba a jugar a la casa, habrá tenido unos 12 años, le echó el ojo por primera vez a la Sofía.   Años más tarde, ya en Montolíl 243, también nos juntábamos con Chuma para ir a bañarnos a la casa del lado, de los Montt Covarrubias, primos de él.   Era de las pocas casas que tenían piscina en Santiago en esa época y nadie la usaba.  No era muy cómoda, no le daba mucho el sol y estaba muy encerrada.  Era muy profunda y el agua algo fría.   Pero el puro echo de usarla ya para nosotros era un logro.
Luego mis papás se fueron a vivir a España y mis hermanos se trasladaron a Pedro de Valdivia Norte. De regreso de España, se instalaron en Montolín 243. La casa de Montolín 150 se vendería a los pocos años, con motivo de la salida de la UP, a la Embajada de Turquía, que todavía la posee. Los papás se fueron a EEUU, y a su regreso se instalaron nuevamente en Montolín, esta vez en forma definitiva. Yo salí de esa casa en enero de 1979, cuando me fui destinado a la Embajada de Chile en EEUU.

Regresé después de mi separación, donde alcancé a estar los últimos meses de vida con mi padre.   También pude acompañar a la Chabelita esos primeros días sola en la casa.    Entre la Pupa que cada vez que me veía me ladraba (estaría celosa) y la Marta, que tenía opinión para todo, la Chabelita dominaba en ese hogar.

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Aquí vemos lo que fue mi pieza luego que la Chabelita partió al Seniors
Montolín ha sido una calle histórica.  La Nunciatura tiene su sede en esta calle, luego se instaló la Embajada de Turquía, la de España, la de Argelia.   También está el Centro de Estudios Públicos (CEP) y la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC).  Y hasta ahora, la última casa donde vivía un particular.   Montolín fue testigo de hechos históricos como fue pasar el 11 de septiembre de 1973.  Yo con mis hermanos Raúl y Alvaro quedamos encerrados por el toque de queda por dos días.   Para celebrar nos tomamos, junto a algunos amigos invitados, toda la reserva de Champagne que tenía guardada el papá.  
Es una casa a la antigua, con sus comodidades (techos altos) y con su prestancia y dignidad.  Ubicada en un barrio muy central, cumplió una gran función, cual fue acoger a la familia Bazán Ried durante sus buenos primeros años de vida.