El sábado 27 de diciembre subimos con Cristián, la Vero y la Ceci al Pintor, junto con un grupo dirigido por Rodrigo Albarrán, quien nos liderará nuevamente este año al Plomo. En el grupo iba también el Coke, quien ya ha demostrado con creces que la cumbre del Plomo la alcanzó el año pasado no por chiripa sino que por sus abundantes aptitudes deportivas.
Esta es una vista aérea de dónde alojamos, al lado de la laguna
El Pintor es un cerro que está detrás de La Parva, cerca de Santiago, de una altura de unos 3200 mts. Es relativamente fácil de subir si es que la puna no lo afecta a uno. De hecho, casi todos los que llegaron a la cumbre esta vez, volvieron un poco apunados.
No es una foto de estudio, es real, el Coke está con un precipicio a su espalda.
El Coke volvió con dolor de cabeza, pero se le pasó luego. Cristián y la Vero, en cambio, volvieron como si hubieran ido al Mall de la esquina, sin ningún problema. Yo no llegué a la cumbre pues me quedé acompañando a la Ceci que en la mitad del recorrido comenzó a sentir algunos efectos de la puna. Decidimos, en consecuencia, volvernos al campamento.
Estabamos a la orilla de la laguna Piuquenes, en lo que parecía ser el interior de un crater en actividad. Pero era solo niebla
El día estuvo bastante frío y con niebla. Pese a ser verano, no medimos que esto pudiera ocurrir y por lo tanto algo de frío pasamos, pero igual lo disfrutamos. Cristián se tuvo que volver a Santiago así que la noche la pasamos en la carpa con al Vero y la Ceci.
El domingo amaneció muy helado pero totalmente despejado
Parte de la flora que crece junto a las vertientes
La despedida, ya con las carpas y carga embalada