domingo, noviembre 14, 2010

Viaje a Mendoza

Entre el 12 y el 14 de noviembre realicé mi tercer cruce de la Cordillera de Los Andes, en viaje a Mendoza con el grupo de Chile Scooter. Este año viajé con la Vero, que fue mi acompañante de moto. El grupo lo componían unas diez motos, la mayoría Burgman 650, pero también había otras que no solamente caían bajo la categoría de "Scooter".
En la primera parada en Río Blanco, a pocos kms de la frontera con Argentina


La Vero descansando en Rìo Blanco

En plena Cordillera esperando que el banderillero nos de la pasada
La travesía, como siempre, espectacular, las montañas son únicas, la llegada a la frontera por el lado chileno es rápida pero con una subida muy pendiente y corta. Por el contrario, en el lado argentino la cordillera va descendiendo en forma más gradual pero presentando un paisaje muy único. Me recordé varias veces la visita que hicimos al desierto de Wadi Rum, en Jordania. Este cruce, puede presentar en ocasiones paisajes similares, desde el punto de vista de los colores, pero con la diferencia de que este es un terreno sumamente montañoso y de mucha altura.
A pesar de que había harta nieve, no hacía tanto frío, otras veces he tenido que abrigarme más cuando estamos en los trámites de la aduana.

Esperando la pasada del banderillero
El viernes, cuando cruzamos la frontera y comenzamos nuestro descenso a Mendoza, tuvimos un tiempo bueno pero muy ventoso. O es que no había sentido tanto la fuerza del viento o es que con un compañero, la moto lo siente más. Pero de hecho, hubo más de una ocasión en que ráfagas repentinas me tiraban la moto para la orilla del camino, a lo que había que estar muy concentrado y atento para evitar que se produjera algún accidente lamentable. La Vero fue excelente copiloto, conversamos harto pues también estrené un sistema de intercomunicadores que nos permitió poder comentar todo lo que estabamos viendo.

En Los Libertadores, haciendo Aduana
Tanto a la ida como a la vuelta, hicimos el trayecto en aproximadamente 8 horas. Muy relajado, a la ida la primera parada fue en Río Blanco, donde aprovechamos poner bencina. Luego llegamos a la frontera, donde en los trámites tardamos aproximadamente una hora. De ahí nos fuimos a Uspallata, donde almorzamos un snack en la YPF, pensando que sería más rápido que un mero almuerzo, lo que no fue tal. Nos demoramos mucho. Ahí también le echamos bencina. De Uspallata nos fuimos directo a Mendoza. En esta zona fue donde nos tocó mucho viento.

Ya en el lado argentino antes de llegar a Uspallata

Las montañas son rojizas y muy imponentes
La vuelta fue más relajada. Salimos a las las 10 am de Mendoza. El día en Mendoza estaba nublado, lo que nos permitió capear el calor. Estaba ideal para andar en moto, pues tampoco había viento y ese camino sin viento es como para que cualquier motoquero deba hacerlo.
Con el Acongagua de fondo

La parte negativa del viaje, como en años anteriores, son los trámites de aduana y de policía internacional. Muy burocráticos, lentos y sin sentido. Falta alguna autoridad que sea capaz de hacer este cruce más expedito y atractivo.
En Mendoza comimos el primer día en el restaurante Facundo y el segundo en otro restaurante muy simpático, La Marchigiana, que queda casi en la esquina de Las Heras con Patricia. El sábado lo pasé casi todo el día en la piscina del Hyatt. Como a las 6 pm nos fuimos con la Vero al Parque San Martín y a recorrer el cerro La Gloria. Luego nos fuimos a Misa, donde la Vero se encontró con la Mamá de la Ceci Devia, que estaba con cinco amigas visitando Mendoza.
Esta montaña está frente a la Aduana Los Libertadores
En resumen, un viaje entretenido y siempre novedoso, reconfortante y estimulante, al ver esos paisajes tan únicos que como diría el guía de Jordania, Ibrahim, son una clara demostración de la mano de Dios.
El grupo de motoqueros de ChileScooter


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