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María Isabel Ried Carrera (1920-2011) |
Mamá querida, Alegre, simpática, divertida, cantante, bailarina, con un tremendo poder de adaptarse a todas las situaciones que le deparó la vida, así era nuestra madre que siempre nos acogía con mucho cariño. Fue el centro de nuestra familia, así como también era el centro de las reuniones con sus amigas. Todo lo convertía en canto, lo que hacía el placer de sus nietos y bisnietos. Le seguían los bailes, luego los chistes, y las poesías, como olvidarnos cuando recitaba "La Colegiala", "la monja del convento" y para terminar un chistecito picante "naranjas verdes limón partío".
¡Mamá querida! nos va a costar mucho adaptarnos a la vida sin usted, era tan rico tenerla en nuestras reuniones familiares, todo lo encontraba rico, bonito y a sus hijas "las más lindas del mundo". Se reía de sus "chimiltrufas", denominación que quedó establecida en nuestra familia cuando queríamos comunicar algún mal de salud. ¡Estoy con la chimiltrufa!
Descanse en paz querida Mamá!, siga cantando, bailando, recitando y enriqueciendo nuestros recuerdos con sus múltiples travesuras...
Pilar Bazán
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Querida Mamá:
Desde hace ya bastante tiempo mis noches son intranquilas, pasando mucho rato desvelado por problemas que parecen sin solución y con una urgencia por resolverlos agobiante. Sin embargo, con las primeras luces del día, estas preocupaciones desaparecen y me doy cuenta que no hay nada que no sea de fácil solución y que mis angustias no tienen ninguna justificación.
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Ceci y Verónica con la Chabelita |
Anoche, al contrario de las anteriores, fue una noche serena en la cual reviví varios momentos junto a ti.
La primera imagen fue en el 3º piso de Montolín, en vísperas de entrar al colegio. Ahí estabas tu sentada frente a la máquina de coser y le hacías unos delantales a las niñitas y a nosotros unos mamelucos con una tela dura, color beige. En tu costurero había algo que, por mucho que me lo explicaras, no lograba entender. Se trataba de un huevo color café y duro como piedra y tú me decías que sí, que era una piedra y yo te porfiaba que no podía ser pues los huevos son blancos y blandos, que era lo que mi mente de niño conocía. Con paciencia me explicaste que era una piedra pulida para que tuviera esa forma y que servía para zurcir los calcetines. Algún tiempo después vi como usabas esa piedra y lo útil que era pues los calcetines nos acompañaban hasta que nos crecía la pata. ¡Qué tiempos Mamá! No se si hoy habrá alguien que sepa el oficio de zurcir.
La segunda imagen la reviví en el departamento, en Brasil, donde tú y el Papá se arreglaban para ir a una recepción elegante y todos los hermanos no nos perdíamos detalle de ese evento. El Papá se vestía de frac con todas sus condecoraciones más importantes y tú con un vestido largo, eligiendo con detalle las joyas que te pondrías. Te veías tan elegante y bonita. Después los acompañábamos hasta el ascensor para despedirnos. Cuando volvíamos a los dormitorios, el pasillo estaba impregnado de la fragancia dejada por el perfume que el Papá te mandaba traer desde Paris.
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En Montolín 150 |
Después reviví una etapa más madura cuando hicimos varios viajes y pasamos muchas vacaciones juntos. Recuerdo los pisco souer y las machas del aperitivo en la terraza de Algarrobo y al atardecer los arreboles en el cielo cuando empezaba a ocultarse el sol. Las conversaciones en general eran muy interesantes, comentando los temas del día, recuerdos de etapas vividas, libros y en general temas interesantes que mucho nos aportaban, siempre impregnados de mucho sentido del humor y alegría.
Finalmente reviví los últimos años, estando tú ya instalada en el Senior Suite, cuando veíamos esa notable teleserie española “Cuéntame como Pasó” que transcurre durante los últimos años de la época de Franco y muestra la vida a través de lo que le sucede día a día a la familia Alcántara, formada por Antonio Alcántara y su encantadora señora Mercedes Fernández. A veces me sorprendía como logró la familia Alcántara pasar a ser parte de la nuestra a tal punto que, muchas veces, en lugar de preguntarte por mis hermanos, te preguntaba que había pasado con los Alcántaras.
Estaba en estos devaneos cuando empezaron a llegar las primeras luces del amanecer y con ellas comencé a sentir la angustia de tu partida y de pensar que ya no nos acompañarás más. Pero peor fue cuando recordé que la larga vida que tuvo el Papá y su Alzheimer de los últimos años, nos permitió en alguna forma devolverle la mano por todo lo que había hecho por su familia. En cambio, tú te vas y nos dejas en deuda pues, hasta el último minuto, nos distes mucho más de lo que nosotros pudimos entregarte. Para todos: hijos, nietos, bisnietos, yernos y nueras siempre tuviste una palabra cariñosa, un consejo sabio, una generosa acogida. Fuiste el baluarte que unió a la familia, valor que siempre nos inculcaste que debíamos mantener y todos, al verte, podíamos reconocer en ti nuestra raíz común.
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En su pieza en Montolín 243 |
Pero no solo fuiste generosa con tu familia si no que siempre tuviste la preocupación de llevarle alegría y alivio a la gente que lo necesitaba. Así, en Brasil trabajaste cosiendo en las Voluntarias da Patria, después, ya de regreso en Chile dedicabas varias horas a la Gota de Leche, más tarde lo hiciste visitando semanalmente al hogar italiano, donde le cantabas y bailabas a los ancianos, algunos de los cuales eran mucho menores que tú, y finalmente en el Senior Suite donde entusiasmabas a las señoras a cantar, las que gozaban cantando “Se va se va la lancha” o “Se va el caimán se va el caimán”. Muchas veces terminaban al atardecer tomándose un traguito en tu pieza.
Querida Mamá puedes descansar en paz, tu vida no fue en vano, nosotros te recordaremos como el gran pilar que fuiste de nuestra familia y mucha gente te recordará por tu gran generosidad y tu entrega para tratar de hacerles la vida mas llevadera.
Raúl Bazán Ried
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Escribir sobre la Chabelita es una tarea fácil, mujer llena de alegría y cuentos…
Nuestra Chabelita se nos va pero creo que todos tenemos la certeza en el corazón de que su vida fue super bien vivida.
Mujer congregadora de sus 6 hijos y nietos, recuerdo los veraneos en Algarrobo en la casa roja, las idas a alojar a su casa en ese tercer piso que era su rincón…me impresionaba tanto cuando chica la miraba como se arreglaba en las mañanas, era todo un ritual, ordenada, meticulosa, cuidadosa, nos quedábamos conversando hasta tarde, me mostraba su libro de recortes y recuerdos…me hablaba de Europa de su vida en Brasil, experiencia que marcó profundamente a cada uno de los Bazán, una etapa que fue como de princesas, y donde todos se empaparon de playa, sol y mucho bossa nova, siempre fue cercana, cariñosa, con su energía era capaz de tirar para arriba a cualquiera…
La acompañaba al hogar italiano, esto sí que era la genialidad misma. Ella era mucho mayor que la mayoría de las personas que estaban allá y los animaba, les bailaba su irrepetible “colegiala”, les conversaba, jugábamos cartas, la apasionaba ir y compartir con nosotros esta experiencia enseñándonos a querer con generosidad, con incondicionalidad y siempre con alegría.
Fue una súper mamá, buena compañera, siempre presente como abuela, hasta el último día se sabía cada nombre, cada detalle, preocupada y cariñosa.
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Alegre hasta en sus últimos años |
Como olvidar los almuerzos en Montolín, esa casa llena de historia, fina, elegante, esa mesa larga, en donde nos juntábamos y compartíamos, ella dedicada, preocupada en cada detalle, anfitriona, acogedora.
Sin duda la echaremos de menos, pero me quedo con una alegría en el alma al solo recordarla, esa alegría que ella nos mostró siempre, esa energía pura, incondicional y una vida entretenida que nos contó, finalmente descansa después de tanta entrega, amor y vitalidad, te quiero mucho y gracias por todo lo que me enseñaste.
Josefina Bazán B.
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Queridos amigos:
Es irónico, ... con enorme tristeza nos reunimos para despedir a quien se preocupó toda la vida de hacernos reír y gozar. No creo que ella estuviese de acuerdo, por lo que quisiera invitarlos a reflexionar respecto a lo increíblemente afortunados que hemos sido por habernos topado con este ser iluminado durante este breve paso por la tierra.
Mientras escribo escucho sus carcajadas y cantos, la veo saltar y bailar, animando a todo el mundo, haciéndonos olvidar los problemas y apremios del día. De un pincelazo, con un saludo especial para cada uno se preocupaba de que nos sintiéramos los más importantes, y como no, si en ese minuto teníamos la exclusiva atención de la mujer más bella, la más querida, la más admirada, una mujer que irradió alegría siempre, verdadera luz.
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En el living del Departamento en Río, en la calle Rui Barbosa |
Parientes y amigos, conocidos y casuales transeúntes fuimos testigos de miles de sus actos geniales, chispazos que hicieron aparecer millones de sonrisas a lo largo de su vida, sonrisas a las que ella respondía con la propia. Sin duda esa era su droga: la alegría de los demás, no podía vivir sin ella.
Son miles las anécdotas que todos recordamos. También muchísimos los geniales cuentos que le escuchamos. Todos momentos especiales que siempre dieron ganas de alargar. Que no se nos borren nunca !
Ahora nos priva de su presencia en este mundo que tanto le gustaba. Obviamente saldrán lágrimas, pero ojalá duren poco, pues seguro que no es lo que ella querría, sino que todo lo contrario, estaría encantada que comentásemos y compartiésemos los recuerdos más simpáticos que tenemos de ella, de lo bonita que era, de lo simpática, de lo graciosa, de lo agraciada, de lo habilosa, lo cariñosa, lo pícara y lo divertida que siempre fue.
Pero ¿Y mañana, ...? ¿Cómo haremos para seguir sin ella
? Fácil, quedamos nosotros, su sangre, sus amigos, todos sus admiradores, quienes no podemos dejar que lo que ella nos enseñó muera con su cuerpo. Esparzamos la palabra de la "Chabelita" durante lo que nos queda a nosotros, hagamos reír a nuestros amigos, conocidos y desconocidos, regalemos alegría como ella nos enseñó y hagamos de este un mundo mejor.
Doy gracias a Dios por haberme cruzado con un ser iluminado: Isabel Ried Carrera, no ha sido en vano.
Nos encargaremos cual discípulos de trasmitir lo que nos has enseñado para que tu luz, tu color y tu alegría sigan invadiendo la tierra. Buen viaje querida abuela !
Gonzalo Téllez B.
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Carta escrita por la Julita Baeza
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