domingo, enero 15, 2006
Calidad de vida
Algo ha pasado entre nosotros que no hemos sabido aprovechar lo que la naturaleza nos ha dado, y la hemos transformado no solamente destruyendo lo bonito, sino que también construyendo cosas con mal gusto. Una de estas cosas es lo que ha pasado en la playa de Reñaca, en que no solamente se ha destruído un paisaje casi único de una playa de una reconocida belleza metida en un entorno verde y tranquilo, con un cerro con un bosque frondoso, poniendose en su lugar una muralla de cemento que no tiene ninguna justificación, aparte de las ansias de las municipalidades de ver incrementadas sus arcas fiscales.
En este caso, no solamente se tapa con cemento lo verde, sino que lo poco verde que hay, se cubre con propaganda (más plata para las arcas municipales!). Qué sería de esta playa si si hubiera podido controlar en parte esta vorágine urbanista? Hagamos un poco de ciencia ficción y veamos lo que ha resultado.
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