Sábado 30 de agosto 2025
Luego de un viaje de más de 17 hrs., llegamos a nuestro destino final: Bath. El viaje comenzó con el tramo Santiago-Madrid, todo a tiempo, sin ningún imprevisto. Latam Airlines honró su prestigio de una de las mejores aerolíneas de la región.
En Barajas teníamos que hacer una escala de 3 hrs. para tomar el avión a Bristol, lo cual era un periodo muy adecuado para trasladarnos de un terminal (T4) a otro (T1). Hasta ahí todo bien. Sin embargo el avión que saldría a las 14:15 hrs, se fue retrasando y la espera en una sala atiborrada de gente, en que para más remate nos llamaron a hacer fila para embarcar en la hora prevista, se alargó por más de dos horas. Estuvimos todos formados, desinformados y ya bastante cansados. Fue una espera que se hizo eterna en un espacio caldeado, ya no solo por la temperatura ambiente, puesto que el aire acondicionado no era suficiente para enfriar los ánimos.
Nuestro aterrizaje en Bristol fue a las 18:10 hrs, y de ahí nos fuimos caminando a buscar el auto que teníamos reservado y pagado, a una compañía (Drivalia) que reservamos a través de Booking, y que no estaba dentro del recinto del aeropuerto. Por estar cerca, nos fuimos caminando con nuestras maletas a cuesta. Unos 10 minutos de caminata, lo que no estaba mal dado que la temperatura era muy agradable. Nuestra sorpresa fue cuando llegamos a la dirección de la compañía de rent a car. No había nadie atendiendo y los teléfonos no contestaban. Había allí otro cliente que venía a devolver su auto y no tenía a quién entregarlo. Como ya estaba oscureciendo tomamos la decisión de volver al aeropuerto y arrendar otro auto y reclamar la devolución de lo pagado, otro día. La vuelta caminando al terminal se hizo más pesada porque ya estábamos cansados y ansiosos por terminar esta travesía lo antes posible.
En el terminal logramos arrendar un auto que felizmente nos condujo a nuestro departamento en Bath. El recorrido tardó alrededor de 90 minutos, porque pasamos antes a comprar algunas cosas de comer al supermercado. Mención aparte merece señalar que manejar por la izquierda, con el manubrio a la derecha es toda una hazaña. Hay que conducir muy concentrado y atento. Llegamos al departamento alrededor de las 9 pm. Luego de descargar el auto, lo dejamos estacionado en un estacionamiento aledaño, lo que fue muy cómodo, puesto que ya estábamos con algo de hambre y ganas de descansar.
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Recorrido desde el aeropuerto, donde recogimos el coche, al dpto. en Bath |
Nuestro departamento estaba justo en el perímetro del casco de la ciudad, a unos 15 minutos caminando.
Domingo 31 de agosto 2025
La jornada comenzaría muy temprano puesto que queríamos aprovechar el día. A las 9.30 fuimos a Misa a St. John the evangelist Church. A las 10 am teníamos un free walking tour por Bath, por lo que estábamos con el tiempo muy ajustado. Por suerte las distancias eran cortas y alcanzamos a hacer todo lo propuesto.
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Calle típica de Bath con su arquitectura georgeana y elegante |
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Iglesia de Saint John the Evangelist |
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Otro ángulo de la iglesia Saint John, the Evangelist |
Bath es una ciudad famosa por su herencia romana y por su arquitectura georgiana. Fue un importante centro de baños en tiempo de los romanos, que construyeron un complejo de termas y un templo dedicado a la diosa Sulis Minerva. Fue fundada en el año 43 d.C. por contar con aguas termales que fluían a unos 46º C, y que fue utilizado para uso público y ritual. Fue lugar de purificación y también de encuentros sociales.
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Vista de la Abadía de Bath |
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Frontis de la Abadía de Bath |
Una de las primeras visitas que hicimos fue al museo de los baños romanos, que está muy bien presentado, con claras explicaciones de cómo se utilizaban las diversas piscinas y los ejercicios que hacían los romanos (la elite) para estar en forma. Es muy interesante su visita y debe considerarse como parte esencial de las actividades que se deben hacer en Bath.
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Los baños romanos de Bath |
También es imprescindible caminar por las calles de Bath, descubrir sus rincones, ver por ejemplo, la casa de Jane Austen, que ahora es un museo, y muy cerca de allí el museo de Frankenstein. Nosotros no entramos a ninguna de las casas porque optamos por caminar para conocer más de la ciudad, apreciar sus parques, el río que lo atraviesa, el Avon, cruzar los puentes, observar a la gente y admirar la cultura de la gente local.
Otro punto interesante de visitar es la Bath Abbey (Abadía de Bath) Iglesia parroquial anglicana que en sus orígenes fue un monasterio benedictino. De estilo medieval tardío con interior victoriano gótico, es una iglesia muy impresionante por sus dimensiones y estilo arquitectónico. Cuando entramos a verla, se estaba celebrando la ceremonia litúrgica de vísperas, en la que participaba un coro de muchachos y muchachas junto con un imponente órgano. Nos quedamos toda la ceremonia que dura aproximadamente 45 minutos, y salimos comentando la devoción de las personas que participan de estas oraciones.
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Al igual que en Florencia, Bath también tiene su puente de tiendas, el puente Pulteney, construído en 1774 |
Luego nos fuimos a recorrer los edificios más emblemáticos de Bath, The Circus y Royal Crescent, que fueron muy importantes en la declaración de la ciudad de Bath como patrimonio común de la humanidad. En 1754, John Wood, un gran arquitecto y urbanista, comenzó a construir The Circus, obra que le daría un carácter a la ciudad que se le reconoce hasta el día de hoy. Además hizo otros importantes aportes a la ciudad como Queen Square y Prior Park. The Circus es un complejo residencial circular con casas diseñadas en estilo neoclásico.
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Vista de una de las entradas a la plaza The Circus |
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Royal Crescent, conjunto de edificios diseñado por John Wood Jr. |
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Recreation Ground |
Toda la ciudad de Bath presenta un estilo neoclásico, con sus edificaciones muy similares y utilizando materiales propios de la zona, una piedra amarillenta que le da un encanto y mucha armonía a la ciudad.
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