La Iglesia católica más cercana a nuestro hotel es donde se instaló la primera misión y ahora se ubica la
Catedral de San Carlos de Boromeo, con misa diaria a las 7.45 am.
Con la Ceci fuimos temprano, caminamos media hora de ida en la mañana fresca y silenciosa y media hora de vuelta, por un camino que bordea el mar y unas marinas muy simpáticas. En el camino encontramos un local muy simpático,
Paris Bakery Café, donde tomamos desayuno y aprovechamos a comprar unos sandwiches muy ricos para el almuerzo. Fue tan rico lo que comimos que este mismo panorama lo replicamos al día siguiente con la Ceci.
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Un mural en Monterey que nos pareció entretenido meternos con la Ceci |
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Amanecer en Monterey |
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Mi amo está haciendo jogging y a mí me dejaron encerrado! Quiero conocer al Segundo! |
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Esta sí que es vida, no hay nada como dormir sobre una buena roca! |
Luego de juntarnos con el resto de los niños, partimos a Carmel, vía "
17 Miles Drive", que es un camino que bordea el mar y que se introduce por el medio de varias canchas de golf, Pebble Beach entre ellas.
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Camino entre Monterey y Carmel, la 17 Mile Dr. |
Este camino termina en Carmel, un balneario costero muy exclusivo, con una playa grande, espaciosa, grandes olas y arena blanca y fina. Una vez que estacionamos el auto, o mejor dicho que la Ceci lo estacionó, pues ella condujo en las "17 Miles Dr.", comenzamos el recorrido de la playa de Carmel. El día estaba despejado con una temperatura muy agradable.
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Conducción segura! |
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Esto no es Zapallar, es Carmel! |
Para la conducción a Carmel, la Ceci se presentó de voluntaria, lo que nos facilitó a todos el poder apreciar y disfrutar del camino y sus bellas vistas. La semejanza del paisaje con el de la costa chilena es muy impresionante!
El paseo fue muy simpático, y uno de los comentarios fue la cantidad de perros que había en la playa, pero todos con dueños, a diferencia de Chile.
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La playa de Carmel. Al fondo está Pebble Beach |
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Una buena siesta en Carmel puede ser parecido a soñar con el paraíso |
Luego de este paseo nos fuimos a la
Misión de Carmel. También fundada por el Padre Junípero Serra, esta misión fue visitada por el Papa Juan Pablo II. En esta visita nos encontramos con dos familias chilenas que también estaban haciendo un tur por la zona.
Luego de la visita a la Misión, almorzamos en el estacionamiento de la misma unos sandwiches que habíamos comprado en la mañana. Estábamos con mucha hambre y no nos dio para buscar un lugar más agradable para comer. Debimos haber sido las primeras personas en la historia de Carmel que en vez de almorzar frente a la playa mirando esos maravillosos paisajes, deciden almorzar en un estacionamiento público rodeado de cemento. Igual estaban ricos los sandwiches.
Después volvimos a Carmel a visitar el
acuario de Monterey que tiene unas muestras muy espectaculares de las especies marina, pero tal vez lo que más impresiona es la exhibición de los distintos tipos de amebas y medusas que existen en el mar, algunas de las cuales son, incluso con ese aspecto tan inocente y delicado, carnívoras y mortales. También hay una exhibición de cardúmenes de atún, un pez tan rico en proteínas y cotizado por las grandes faenadoras pesqueras del mundo, que es necesario cuidar su explotación para evitar que se exponga a quedar en la categoría de especie en peligro de desaparecer, cómo está ocurriendo en muchos casos con distintas especies marinas. El acuario cumple también la función de educar y advertir sobre la necesidad de cuidar nuestro medio ambiente.
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La exhibición de los peces se pueden apreciar tras los grandes ventanales submarino |
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Los colores de las medusas las hacen parecer como delicadas bailarinas que flotan en el aire |