jueves, octubre 14, 2010

Peregrinación a Tierra Santa (12.1)

Miércoles 13 de Octubre 2010

Reunión con el Padre Artemio, Vicario Custodial de los lugares de Tierra Santa
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El Custodio de los lugares Santos con los Peregrinos
La labor de los Franciscanos en Tierra Santa es muy importante pues son los encargados de custodiar los lugares santos, empezando por el Santo Sepulcro. El Padre Artemio, que lleva en Tierra Santa ya más de 20 años, nos explicó que el Santo Sepulcro tiene dos puertas pero una tapiada, desde la conquista de Jerusalem por parte de los musulmanes.

La Puertas del Santo Sepulcro se cierran a las 7 pm todos los días

En 1187 Saladino conquista Jerusalem y destruye las campanas, símbolo de los católicos para llamar a participar de los oficios y oración. También manda a tapiar una de las puertas que dan acceso al Santo Sepulcro, aduciendo que no habían tantos cristianos que justificaran dos puertas. Por los siguientes cuatro siglos los únicos católicos en Jerusalem fueron los franciscanos, quienes se dedicaron a resguardar los lugares santos.
El Padre Artemio Indicó que la presencia de los católicos en especial y de los cristianos en particular, es muy necesaria, pues sin ella, los lugares santos se convertirían en meras piezas de museos. A modo de ilustración indicó que desde 1551 no se ha podido celebrar Misa en el Cenáculo. En la Iglesia donde se ubica la tumba de Lázaro, se puede hacer Misa dos veces al año. En la de la Ascención solo una vez.

La piedra donde fue colocado el cuerpo del Señor

El Santo Sepulcro es resguardado por varias ramas de cristianos: Los Griegos Ortodoxos, los Armenios Ortodoxos y los Católicos. Los Coptos y Sirios también tienen un lugar en el resguardo del Santo Sepulcro. En 1852 se logró un acuerdo que fijó el actual "statu quo" en el que nada puede ser cambiado. Estas cuatro comunidades de cristianos (griegos ortodoxos, armenios, católicos y coptos) permanecen constantemente resgardando estos lugares, pero las llaves del lugar la tiene un musulmán como señal de neutralidad. Durante el día conviven organizando las distintas labores que permiten a los peregrinos adorar los lugares mismos en los que Jesucristo fue crucificado y enterrado.


El encargado de guardar las llaves del Santo Sepulcro es un musulmán

En la noche, a partir de las 7 pm, las llaves del Santo Sepulcro quedan en manos de un musulmán, para asegurar neutralidad y dar garantías a las ramas cristianas. La ceremonia de cierre a las 7 pm y de apertura a las 5 am es particularmente curiosa, se solicita a todos los peregrinos abandonar el lugar, entran los representantes de las respectivas comunidades que se quedarán en la noche y el musulmán que tiene la llave comienza a cerrar el lugar con los candados.
Por parte de los católicos, la Orden de los Franciscanos tiene la honrosa misión de resguardo. Una vez al año y por quince minutos, el Vicario Custodial tiene las llaves del Santo Sepulcro. Es una posesión simbólica. El mandato de los frailes franciscanos en consecuencia ha sido de recuperar los santos lugares y las campanas de Jerusalem.



Jerusalem acoge a las religiones monoteistas

La situación de los cristianos en Tierra Santa es dramática. En 1967, el 70% de la población de Belen era cristiana. Hoy en día no llegan al 12 %. Los cristianos se están yendo de Tierra Santa porque no tienen posibilidad de trabajo ni condiciones de estabilidad.
Ante esta realidad, hay que preguntarse por qué hacer peregrinaje a Tierra Santa?
Una respuesta es para encontrarse con Jesús. Vivir más de cerca la vida del Señor, es allí donde el Señor se ha manifestado (el Verbo se hizo Carne), y así como en Betania el Señor era acogido por sus amigos Lázaro, Marta y María, las dos veces que lloró Jesús en los Evangelios fue cuando su amigo Lázaro agonizaba y cuando desde el Monte de los Olivos contempló Jerusalem, la ciudad del templo y donde debía pasar sus últimos días.


La muralla que rodea la ciudad antigua

La segunda razón que debe pesar en la decisión de hacer una peregrinación a los lugares santos, es pensar en qué valor tienen para mí los cristianos de Tierra Santa. Es una labor de solidaridad con una comunidad que cada día está más débil y menoscabada. Sin una presencia cristiana, aunque sea mínima en estos lugares, pierde completamente el sentido de peregrinación a un lugar que sería resguardado por personas que no creen en Jesucristo. Y es bueno que se conozca la realidad de los cristianos en esta zona. La mayoría vive de trabajos manuales y artesanías como el nácar y la madera del olivo.

El Monte de los Olivos

Viven también del turismo y del trabajo que puedan tener en Jerusalem, pero esto último es cada vez más precario. La segunda intifada en 2000 ahuyentó el turismo y las peregrinaciones a la zona, lo que afectó enormemente a la economía local. Si hoy visitar el Santo Sepulcro significa hacer colas que pueden durar hasta más de dos horas, en el 2000 no llegaba ni un solo peregrino a la zona. Los cristianos perdieron sus ingresos y por lo general los hombres y los jóvenes se vieron obligados a emigrar. Luego ha afectado la construción de un muro en torno a Belén y los permisos que han debido solicitar los palestinos para trabajar en Jerusalem.

El muro que encierra a los palestinos

Ello implica que tienen trabajos sometidos a la discreción de las autoridades israelíes, que de vez en cuando cierran el muro e impiden que puedan acceder a sus trabajos los palestinos.
Los Franciscanos tienen en Belén dos colegios y su labor es cada vez más difícil. Así como el Señor ha dicho "Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis;...", así debemos preocuparnos de los cristianos de los santos lugares porque cuando los musulmanes ocupan un lugar, solo puede ser habitado por musulmanes y así van desplazando a las minorías cristianas que están en peligro de desaparecer. La presencia en los lugares santos por parte de los cristianos no es más que el mandato que nos dejó Jesucristo de obedecer primero a Dios ante que a los hombres. El testimonio que ha dejado el paso del Señor por estas tierras, comprometen a todos los hombres de buena voluntad y para eso no solamente está el ejemplo del crucificado, sino de muchos mártires que han entregado su vida por defender a Dios.



En tal sentido el Padre Artemio hizo un llamado a defender a Dios en la trinchera que a cada uno se le ha asignado.
Por esto mismo, finalizó, esta venida a peregrinar a tierra santa debe servir para cargar las baterías y vivir mejor el evangelio y seguir el camino que nos mostró el Señor.


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