Sábado 17 de febrero:
Hoy fue un día de relativo descanso. Nos levantamos tarde y decidimos posponer la visita a Las Descalzas Reales para otro día. Almorzamos en el Colegio y nos fuimos en la tarde al Reina Sofía. Caminamos hasta la Moncloa por el parque de los Viejos, que está al lado del Colegio. Es una caminata muy bonita, el parque está muy bien diseñado y aunque cansador porque es de subida, igual se disfruta.
El Reina Sofía es un museo digno de ver, no solamente por sus obras de arte sino que por el edificio que lo alberga. En él se encuentran las principales obras de Picasso, Dalí y tantos otros. Me gustó mucho, y eso que ya los museos no me entusiasman tanto como antaño. Angélica y los niños también lo gozaron.
En un intermedio, con Cristián nos fuimos a una chocolatería cercana a comer chocolates con churros. "El Brillante", me parece que se llama. Es la cuarta chocolatería que pruebo en Madrid, y pese a ser una de las más modestas en cuanto a presentación, es una de las que más me gustó.
En la noche fuimos a comer donde Alvaro Bianchi, que nos preparó un Risotto. Muy bien preparado, con zetas, cebolla, ajo, queso, arroz especial, vino blanco, queso, mantequilla, su elaboración demuestra un conocimiento culinario y una sensibilidad artística que le permite transformar esos ingredientes mezclados en un verdadero manjar. Realmente comprobamos que en Madrid se puede comer muy bien, así lo hemos experimentado durante dos días seguidos, primero donde los Feduchi y ahora donde Alvaro.
De regreso al Colegio Mayor, en la madrugada del domingo, nos encontramos con un Madrid con sus calles repletas de gente y mucha animación. A pesar del frío, encontramos gente semidesnuda celebrando el carnaval. En el Colegio esto también se celebró y es así como encontramos a un grupo de estudiantes celebrando alegremente.
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