Nuestra última parada y fin del viaje fue Civitavechia, el viernes 1° de agosto. Llegamos a puerto muy temprano en la mañana y nuestro desembarco se produjo a las 8.30 am. De ahí nos dirigimos al bus que nos conduciría a Ostia, unas ruinas romanas que quedan en las afueras de Roma y camino al aeropuerto, donde debíamos estar alrededor de las 2 pm.
Ostia originalmente fue un puerto con fines defensivos para Roma pero que fue creciendo también en actividad comercial. Alcanzó a tener hasta 50.000 habitantes, y su nacimiento data del S. VII antes de Cristo. A pesar de lo interesante que resulta esta ciudad, para mí fue más bien un trámite pues me comenzó un dolor de cabeza repentino y además hacía un tremendo calor. Pero sin duda que es una ciudad de una enorme valor y gran interés.
Las ruinas muestran el grado de detalle con que se trabajaban las piezas arquitectónicas
Unas esculturas modernas en medio de las antiguas ruinas
Angélica en uno de los saunas romanos
La Ceci en el auditorio romano de Ostia
Esta fue nuestra última parada del viaje. De aquí seguimos al aeropuerto de Fiumichino, donde tomamos el avión que comenzaría a traernos de vuelta a Chile
No hay comentarios.:
Publicar un comentario