La ciudad medieval amurallada de Rodas es relativamente pequeña y muy recomendable conocerla caminando por sus callecitas. Perderse en sus calles. Junto con un comercio muy amistoso, sus habitantes son muy interesados por las culturas de los turistas y respetuosos a la vez. En una tienda me atendió un turco musulmán que me insistió en señalar que la religión católica en América Latina había sido impuesta a la fuerza por los españoles y que eso se reflejaba así hasta el día de hoy. A contrario sensu, me dijo que los turcos, cuando eran el Imperio Ottomano, invadieron Jerusalem y el Medio Oriente, ocupándolo por muchos años. Pero ellos no llevaron una religión, sino que todo lo contrario. Tomaron la religión musulmana. Esa era su manera de explicar la superioridad de sus convicciones. No hubo caso de que entendiera que uno adopta una religión por convicción personal, si bien es cierto que puede haber influencia social, pero si no hay una acción individual, su práctica caerá sencillamente en un vacío, en la nada. Igual buena onda terminó regalándome un marcador de libros.
Los recovecos de la ciudad de Rodas son como estar en un cuento
Un comercio amistoso en callecitas angostas y perdidas...
Después de salir de la ciudad amurallada, nos dirigimos a la playa que está cerca de ella. Nos fuimos caminando y con la idea de conocer algo más de la localidad. La caminata se hacía por un parque que está a la orilla del mar y la playa quedaba como al final de una marina, cuya entrada en forma de pinza tenía en cada extremo un pilar cada uno con unas estatuas sobre éstos. Antiguamente en su lugar posaban los pies del "Coloso de Rodas", estatua de enormes dimensiones que dicen fue destruida después de un terremoto que arrasó con gran parte de la isla.
Camino a la playa pasamos por una Iglesia Ortodoxa, con sus característicos mosaicos y frescos
Los pilares donde antes se posaban los pies del Coloso se pueden ver a la izquierda del muelle
La playa era tranquilida, el mar tenía una temperatura ideal, pero la arena dejaba mucho que desear
La playa tenía un trampolín de más de 6 mts. de altura. La foto pescó el momento en que vuelo por los aires. Al fondo, tenuemente se ve la costa de Turquía
Nuestra visita a Rodas culminó con la partida al puerto a tomar el barco. Nos despedimos de la ciudad medieval cruzando una de las siete puertas de la muralla
Proxima parada: Santorini
No hay comentarios.:
Publicar un comentario